jueves, 9 de julio de 2009

LA AMISTAD



Para conservar a un amigo son necesarias tres cosas:

Honrarlo cuando esté presente…
Valorarlo cuando esté ausente…
Asistirle cuando lo precise.



Gran parte de la vitalidad de una amistad reside en el respeto de las diferencias, no sólo en el disfrute de las semejanzas.
Tomemos tiempo para escoger un amigo; pero seamos más lentos en la decisión de cambiarlo.
La amistad es un alma que habita en dos cuerpos y un corazón que habita en dos almas.
La verdadera amistad es la de aquellos que siguen a nuestro lado incluso cuando no nos queda nada por ofrecerles, salvo nuestra compañía.
A veces, una separación prolongada, a la vez que amortigua los rencores despierta la amistad.
No busquemos amigos sin defectos, pues careceremos de éstos toda la vida, tampoco busquemos defectos en nuestros amigos, pues poco a poco nos quedaremos solos.
A las personas les interesa nuestro exterior; el interior, sólo a nuestros verdaderos amigos.
Siempre que queramos hallar: amistad, dulzura y poesía, previamente debemos llevarla con nosotros.
Es la amistad ¡jamás! debe existir desconfianza , porque cuando ésta entra por la puerta, el afecto sale por la ventana.
Qué maravilloso es ese fugaz instante en el que nos damos cuenta que hemos descubierto un amigo, tan gratificante y maravilloso como un lucero que siempre está dando luz al cielo.
Por ello cuando ésta hallemos, no cometamos la torpeza de cubrirla de sombras y quedarnos a obscuras
.


No hay comentarios:

 
ir arriba